Explorando el potencial terapéutico del CBD para un sueño regenerador

El sueño es un proceso natural susceptible a trastornos causados por varios factores orgánicos, psicológicos o ambientales. Constituye un momento esencial de descanso y regeneración para los organismos vivos, contribuyendo tanto a la renovación física como mental. En promedio, los adultos necesitan alrededor de 7-8 horas de sueño por noche y durante estas horas, el cuerpo disminuye sus funciones fisiológicas: la temperatura desciende, el metabolismo se ralentiza, la presión sanguínea se estabiliza y los tejidos se regeneran. Además, un número adecuado de horas de sueño favorece la revitalización de la memoria y nos permite estar más alerta y atentos durante el día.

Los trastornos del sueño son un problema muy extendido que afecta significativamente la calidad de vida de las personas. Según estudios recientes, aproximadamente el 30% de la población mundial sufre de trastornos del sueño con consecuentes problemas en la salud física y mental.

Investigaciones recientes han explorado la eficacia del cannabis, en particular del cannabidiol (CBD), como una posible solución terapéutica para gestionar el insomnio. El CBD parece influir positivamente en el sueño mediante el relajamiento muscular y la reducción de la ansiedad. Además, los beneficios del CBD afectan de manera menos pronunciada en comparación con los medicamentos tradicionales que pueden causar dependencia o somnolencia durante el día. Su impacto dirigido en el sistema endocannabinoide representa, por lo tanto, un enfoque más natural y menos invasivo en comparación con las terapias convencionales.

Un estudio de 2014, realizado en pacientes con Parkinson y reportado en el Journal of Clinical Pharmacy and Therapeutics, demostró la eficacia del CBD en el tratamiento de los trastornos del sueño que se presentan en la fase REM (movimiento rápido de los ojos).

La investigación muestra que al tomar CBD, los síntomas del trastorno disminuyeron y tan pronto como se interrumpió la administración, volvían a aparecer. Además, el análisis subraya que al interactuar con el sistema endocannabinoide, especialmente el receptor CB1, el CBD puede estabilizar el ritmo sueño-vigilia previamente alterado.